Ni siquiera tu presencia me puede ayudar en este momento. Mi ánimo se desintegra en un millón de pedazos a una velocidad vertiginosa y el suelo está demasiado oscuro como para poderlos recoger. Y aunque pudiera, no existe pegamento lo suficientemente fuerte como para volverlos a unir. Maldición.
Una lágrima, dos, tres, cuatrocientos, cinco mil, seis millones y no puedo parar. Se han secado mis conductores lacrimales, pero sigo llorando en realidad. No sé por qué, pero me encuentro mal, sumamente mal. No tengo fuerzas ni para mirarte a los ojos, tus preciosos ojos en plano detalle que me elevan a un mundo de fantasía y frenesí. Maldición.
No intento que comprendas lo que me pasa. Sólo quiero que me veas y te acerques, te sientes a mi lado lentamente y me cojas de la mano. Y cuando intente levantar la vista y veas que no soy capaz, que extiendas tus brazos y me abraces. Y aunque pasen dos horas en silencio sin progreso, al menos nuestro contacto me reconfortará. Y sabré que por malas que sean las circunstancias, tengo algo por lo que sonreír al final. Tan sólo abrázame, que tarde o temprano se me pasará.
14 febrero 2010
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Algo así me paso a mí anoche. Espero que termine pronto.
ResponderEliminarDebe de ser el tiempo o esto es una enfermedad contagiosa... la gripe T.
ResponderEliminarBesos!
Que bonito meu rei!!! aunque muy triste :(
ResponderEliminarespero que estes bien lo antes posible, todo se pasará ya lo verás :), pero mientras tanto aferrate a los pequeños detalles que te hacen seguir adelante :)
un besazo!!!
ehhhhhhhhhh eu puxera un comment e non está!! :(
ResponderEliminarW/E. A ver si quedamos prontiño ou falamos unha noite destas por messenger. Bicos mua mua