05 julio 2009

Música de domingo.

El domingo está relegado por fuerza de hábito a ser un día aburrido, anodino, y con escasa utilidad. Para mí, el domingo es un precioso día para conocerse a uno mismo, ya sea en una estación de tren al llegar a la ciudad amada, viendo coches pasar por la ventana o sentándose en la habitación para escuchar un puñado de buenos discos. Porque hay música que parece estar hecha especialmente para ser escuchada un domingo.

Todos aquellos álbumes suaves cuyas melodías te lleven hacia aquel lugar, te recuerden a aquella persona, te hagan pensar en ese olor, te sugieran un color, en definitiva, que estimulen tus sentidos como si fuesen una droga (¿y quién dice que la música no sea una droga, a fin y al cabo?): Michelle Branch escribiendo en papel de hotel (sea lo que sea este), Sara Bareilles con su gran pequeña voz, Sheryl Crow cantándole a una flor salvaje o Russian Red probándose unas gafas... Aquellos clásicos que te hacen pensar en que quizás el pasado fue mejor: Frank Sinatra acordándose de aquella mujer de Ipanema o cantándole a esos desconocidos en la noche, Ella Fitzgerald y su oda a la cocaína o llorando ríos, Diana Ross preguntándose a dónde ha ido nuestro amor o escuchando sinfonías... Incluso aquellos discos que están en tu colección personal desde tu infancia y que sientes que están infravalorados: las Spice Girls afirmando que el paraíso de los necios es difícil de encontrar, o Britney Spears recitando que a veces hace esto y a veces lo otro...

Porque los domingos son para recordar, hacer un repaso por lo que uno ha sido y es, reafirmarse en lo que cree y, al ir a la cama, soñar que esta semana será mejor que la anterior.

(Hace un mes que no abro mi cola del Reader, espero no tener una sobredosis de posts nuevos. En fin, tengo lectura para rato.)

3 comentarios:

  1. Ay, cuánta razón! Hay lecturas y canciones que parecen hechas ex profeso para los domingos.

    Recuerdo que en el fotolog hablé una vez de los domingos. Como estás leyendo Desayuno en Tiffany's me remito a una de las citas que tengo puestas en la columna derecha de mi blog (que pronto cambiará, renovarse o morir, ya sabes).

    Y a pesar de estar en verano sin hacer nada (y cosa rara en mí, pero quiero trabajar) y que los nombres de los días de la semana se esfuman, los domingos siempre siempre están ahí. Es que se nota cuándo llegan.

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  2. pero si los domingos molan!
    yo todos, absolutamente todos veo un capitulo de the oc! :)

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Mis gafas azules te vigilan, cuidado con lo que dices.