28 mayo 2013

El chico sin color.

Guardaba las acuarelas en el segundo cajón de una mesita de noche que ya nadie utilizaba. A su lado, las llaves de un armario vacío donde antaño coleccionaba decenas de camisetas con más colores que el arcoíris. En su televisor solo se reproducían clásicos de inicios del siglo XX. Odiaba tanto el color que se pintaba la cara de blanco y únicamente leía periódicos viejos.

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Mis gafas azules te vigilan, cuidado con lo que dices.