Hola, soy un periodista de La Razón, aunque también podría extenderme indistintamente a otros medios como El Mundo, ABC o la COPE. Pertenezco a un sector en peligro de extinción de la sociedad humana (al igual que los niños, que se los comen los linces y los mata Zapatero) y me caracterizo por mi enorme capacidad de deducción y de poner en relación los distintos elementos de una noticia, incluídos todos aquellos que en principio parecen ajenos a ella.
Por ejemplo, yo fui el primero en demostrar que Garzón es un mal juez. ¿Cómo? ¿Demostrando que sus sentencias son injustas? ¡Ja! Principiantes. ¡Mostrando sus fotos en un viaje en Latinoamérica! Ese continente que en poco dejará de existir porque todos vienen a España para quitarnos el dinero, el trabajo, nuestras casas, nuestros hijos y nuestras mujeres.
También fui el que se dio cuenta de que la Iglesia Católica es la institución más solidaria del mundo. Cuando el Papa dijo que el condón no es una solución contra el SIDA sino un medio de su propagación, una luz se encendió en mi interior.
Esa luz era un mechero, y la usé para quemar una Iglesia tras rociarla de gasolina. ¡Mierda, me acabo de convertir en un maldito progre piojoso con ideales absurdos, exterminadores de fetos, salvadores de toros y aberrantes defensores de Palestina!
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19 marzo 2009
29 diciembre 2008
De farsas e incoherencias,
Alberto en Más Palabras hacía una reflexión sobre la Iglesia Católica. Este fue mi comentario al respecto. Me extendí tanto que creo que era lógico que se terminase convirtiendo en una entrada de este blog.
Sé que algunos de vosotros sois cristianos e incluso católicos, no es mi intención ofenderos ni mucho menos. De hecho, es cuando, por mucho que discrepes con alguien en cierto aspecto esto no te impide tener una buena amistad, cuando se nota que ésta es sincera.
La Iglesia apesta por los cuatro costados. Una institución como la suya, con más contradicciones que logros, es insostenible. Por desgracia, la ignorancia es tan grande que aún son muchos los que la profesan. Una religión que se supone promulga la igualdad entre todos los seres humanos comienza por una división categórica de la humanidad en dos clases: buenos cristianos y pecadores. Los pecadores son, para empezar, los que no creen en su doctrina. Porque está claro que todas las personas deben cortarse bajo el mismo patrón: ese es el concepto de igualdad para la Iglesia. Si eres bueno vas al cielo. Si eres malo, al infierno. Franco seguro que está en el primero; si la Iglesia que es tan bondadosa lo apoyaba se supone que fue una bellísima persona.
En segundo lugar, se adueñan de la concepción de la familia y del amor. Ahá. ¿Es que la familia y el amor no existían antes de que ellos inventasen su farsa? ¿Qué es lo que había antes: gente que proceaba sin ton ni son sin sentir vínculos por sus propios descendientes? Probablemente fueron los curas, quienes tienen prohibida la procreación, quienes se la inventaron. De hecho, es más que probable que antes la gente naciese de la nada y fuesen ellos quienes inventasen la semillita.
Se dedican a condenar todo aquello que no les concierne: la política, el amor, el sexo -concepto que según ellos no existe y que por lo tanto al ser inexistente no pueden condenar, es una regla de tres bastante simple-, decisiones dolorosas para una persona como el aborto... ¿Por qué esto último? Obvio: una persona menos = alguien menos a quien poderle comer el coco.
Podría hablar de muchísimas más cosas, pero aparte de que dije que no me iba a extender mucho (cosa que a juzgar por el tamaño de la barra de desplazamiento de esta casilla ya he hecho xD) no estoy yo ahora como para ponerme a buscarlas, cosa del cabreo. Sólo me gustaría destacar que jamás podría llegar a sentirme identificado con una institución que, además de todo lo que he dicho, afronta su existencia con una superioridad moral de la que carecen. Cualquiera que haya ido a una misa o escuchado un discurso de una personalidad de esta SECTA habrá notado cómo sus palabras fluyen como dardos envenenados en contra de aquellos que no defienden sus intereses. Todo lo que profesan ellos es bueno, lo que opinan los demás es malo, y lo que dicen ellos es lo que está bien, ¿por qué?, porque sí, y punto en boca. ¿Los edificios más lujosos de muchas ciudades? Catedrales e iglesias, la casa del señor y reflejo de la humildad de Jesucristo. ¿Los defensores de la vida? Los mismitos que montaron la Santa Inquisición y equivalentes para matar a todos aquellos que osasen decir que no eran cristianos. ¿Los que poseen la verdad universal? Los que necesitan aprovecharse de las culturas menos desarrolladas en el plano del conocimiento para expandir sus creencias (evangelización de tribus africanas y etc).
Sé que algunos de vosotros sois cristianos e incluso católicos, no es mi intención ofenderos ni mucho menos. De hecho, es cuando, por mucho que discrepes con alguien en cierto aspecto esto no te impide tener una buena amistad, cuando se nota que ésta es sincera.
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