25 diciembre 2008

Contigo o sin ti.

Toc, toc. Sandra me espera. ¡Qué alegría verla después de tantos meses! La invito a pasar mientras me pongo el abrigo y demás, pero tiene el coche estacionado en el paso de peatones que queda justo delante de mi casa, así que le digo que me espere en él, que me llevará a lo sumo un par de minutos. Me pongo el abrigo, me echo colonia, cojo el dinero para comprar el regalo navideño de mi madre y, después de darle un besito a mi primita, que había venido con su madre de visita, salgo por la puerta principal.

Monto en el coche, le doy dos besos y es tiempo de contarnos qué tal nos ha ido la vida durante el tiempo en que no nos hemos visto y ni siquiera hemos hablado. Anda, ¿que ahora tienes Internet en casa? Pues te volveré a añadir al Messenger, entonces. ¿Y qué tal tu primera experiencia compartiendo piso? En general bastante bien. ¡Nico se ha confesado con nosotros! ¿Nico? ¿El mismo Nico al que echo muchísimo de menos porque hace, si no siglos, milenios que no lo veo? ¡Sí, el mismo! ¿Y en qué se ha confesado? Pues hijo mío, esa frase, no sé cómo lo ves, pero últimamente sólo puede tener un sentido.

Sí, Nico es homosexual. ¡Qué me dices! Yo siempre le había notado alguna plumilla, pero pensaba que era sólo por su forma de ser. Pues sí, tal como te lo cuento.
En ese momento me siento culpable porque yo todavía no le he contado que Nico y yo no sólo tenemos en común el año de nacimiento. Pero no, no se lo puedo decir ahora. Prefiero esperar un poco. Primero le diré que vayamos a la librería, a ver si no tengo que andar a vueltas. Vaya, no tienen el libro. ¿A qué otro sitio puedo ir? Vale, ya sé. ¡Aquí sí lo tienen! 25 euros por un libro que hace casi un año que ha salido. Ni los mismísimos Harry Potter están tan caros recién puestos a la venta. Tomamos la calle principal y volvemos al coche.

Enciende la música y me pongo nervioso. Tiene que ser ahora, Adrián, no puedes retrasar el momento indefinidamente: hoy ha sido una señal. Y es que puede parecer una tontería, pero confesar tu orientación sexual, no nos engañemos, sigue siendo un tema delicado y con una clara diversidad de opiniones. Y más cuando tu pueblo, que ya llevas diecinueve años allí y te lo conoces bien, es la abeja reina en la colmena del cotilleo. Tengo una cosa que decirte. Instintivamente baja la música. Y es que a raíz de lo que me contaste de Nico, pues... (no me salen las palabras)... ... pues que... ya te imaginas (asienta)... yo también soy gay.

Una de las razones de no haberme atrevido a contárselo antes era su ambigüedad con el tema. Nunca había podido adivinar en ella si era una persona comprensiva o conservadora, como su madre. Por suerte, está en el grupo de los primeros. Espero que no te tomes a mal que haya tardado tanto en contártelo, pero primero quería que mi madre lo supiese. Además, no quiero que el rumor se extienda y llegue a mi padre, porque aunque las habladurías han estado desde siempre una cosa es el rumor y otra son citar mis propias confesiones. Un abrazo, muchas risas, y bailes al ritmo de Daft Punk, U2 (With Or Without You es bailable totalmente), The Rasmus o Radiohead. Y este coche se mueve (aún por encima está algo empañado), la gente va a pensar que estamos... Pues yo abriría el coche y diría que sí.

Porque si no nos tomamos la vida con sentido del humor, ¿qué va a ser de nosotros? Y a veces, en Navidad, sea uno partidario o detractor, el mejor regalo que se puede hacer es la sinceridad.

3 comentarios:

  1. Qué cosas tan preciosas :) Si hubieras tenido a Cantizano delante te habría costado menos contarlo, ya sabes, el cuerpo te delataría xD

    Pequeeeeñooo (8)


    Lofyu ;)

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  2. pues creo que le has otorgado a tu amiga el mejor regalo de Navidad tu sinceridad, así que felicidades a los dos... bss

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  3. Coño, escribes muy bien, eres un mierda. Yo voy a ser el Rey León, y tu lo vas a ver.

    Los libros tendrían que ser todos baratos.

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Mis gafas azules te vigilan, cuidado con lo que dices.