06 enero 2009

Despertar.

Tu cuerpo, tus labios, tus ojos, tu nariz, tus manos, tu cuello, tu pecho. Se entremezclan los sonidos de nuestras respiraciones, nuestros latidos y la sirena de un tren que está a punto de partir rumbo a lo desconocido. La muchedumbre se amontona a sus puertas. El tiempo de subida es limitado y quienes no lleguen a tiempo quedarán sin remedio en la estación. Hay demasiada gente y no lo vamos a lograr... Pero yo te quiero llevar como sea y no acepto un no por respuesta, no te permitiré que me rechazes antes de tiempo.  La sirena vuelve a sonar, las puertas están a punto de cerrarse. Te cojo de la mano y nos teletransporto dentro del tren. Dije que te quería llevar, y aquí estamos. Queda media hora de viaje y estamos callados, porque a veces las palabras son complementos innecesarios, elementos secundarios que nunca eclipsarán el significado de algo tan simple como un beso o una mirada. Tu cuerpo, tus labios, tus ojos, tu nariz, tus manos, tu cuello, tu pecho... quiero recorrerlos con las yemas de mis dedos, sentirlos como si fuesen parte de mi propio cuerpo, fundirnos en uno al ritmo de un dulce blues bajo un paisaje volcánico a punto de estallar, dejar que estalle y disfrutar de la sensación antes de despertar y tener que aceptar la realidad.

2 comentarios:

  1. ¿WTF? Se supone que esto es un sueño o ¿te ha pasado, bribón?.

    ResponderEliminar
  2. Estoy con Sefo. Quiero detalles y nombres, sea lo que sea.

    YO cuando tenga sexo (en un remoto futuro del que no tengo idea) quiero poner algo en el blog. Pero no sé el qué :D

    GUAPO.

    ResponderEliminar

Mis gafas azules te vigilan, cuidado con lo que dices.