Y aquí nos encontramos, en los Últimos Días de 1999, con los vasos en la mano y las uvas en la despensa, haciendo una retrospectiva de lo vivido, abrazando los recuerdos felices y agarrando con fuerza los desechables para usarlos en nuestra propia contra cuando rompamos cristales en las noches de incendio. Mirándonos a los ojos en busca del más mínimo residuo de humanidad en el reflejo de tus gafas empañadas antes de llamar a un taxi y despedirnos para siempre.
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09 diciembre 2011
17 abril 2009
Carta abierta a los dementes.
Ahora se trata de algo personal, porque me habéis hecho llorar.
He aguantado tener que ver cómo unas de las personas a las que más quiero han sufrido por vuestra culpa.
He sufrido con ellas.
He sufrido por ellas.
He aguantado vuestro comportamiento y he alucinado al enterarme de vuestras muchas caras.
He reprimido muchas veces las lágrimas.
He callado para no hacer daño.
He callado por respeto a la vida humana.
Pero ahora todo se acabó.
Ahora se trata de algo personal, porque me habéis hecho llorar.
Y no pienso decir más.
He aguantado tener que ver cómo unas de las personas a las que más quiero han sufrido por vuestra culpa.
He sufrido con ellas.
He sufrido por ellas.
He aguantado vuestro comportamiento y he alucinado al enterarme de vuestras muchas caras.
He reprimido muchas veces las lágrimas.
He callado para no hacer daño.
He callado por respeto a la vida humana.
Pero ahora todo se acabó.
Ahora se trata de algo personal, porque me habéis hecho llorar.
Y no pienso decir más.
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